jueves, 1 de mayo de 2014

Como cada jueves, tenemos el artículo listo. Como ya sabéis, ahora publico desde www.talentolatente.es, la entrada de hoy habla de trabajo y de cómo puedes dejar de trabajar y vivir mejor sin hacerlo, podéis leer el post mejora tu vida dejando de trabajar

Un abrazo,
Tamara

miércoles, 23 de abril de 2014

¡Nuevo curso en Madrid!

¡Próximo curso en Madrid!
Si quieres más información de cómo descubrir tu potencial para que trabaje a tu servicio, pídenos información en info@talentolatente.es
Vamos a sortear una plaza entre todas las personas que lo compartáis en las redes sociales, podrás ver en enlace en nuestra página oficial de Facebook Talento Latente y en Twitter @talentolatente. ¡No pierdas la oportunidad de venir gratis!

jueves, 10 de abril de 2014

¡Soy fan de los niños!


Hace ya algunas semanas que la página web de Talento Latente, está funcionando. Hasta ahora, he estado publicando en las dos plataformas, pero a partir de hoy, pondré un enlace aquí para que los que estáis suscritos o revisáis las publicaciones semanales en este blog, podáis continuar viéndolas. El tema de esta semana trata de que los niños son perfectos, y da una primera aproximación a de qué manera podemos potenciar a nuestros niños y ayudarles a que crezcan sanos emocionalmente.
Podéis verlo completo aquí www.talentolatente.es

Un abrazo,
Tamara

jueves, 3 de abril de 2014

¡Cuidado! Tu cerebro se cree todo lo que dices...


Hoy vamos a hablar de la importancia de nuestras palabras, de cómo nuestro cerebro recibe información en función de cómo y qué decimos. Llevo unos días curioseando en la interacción entre las personas, y me ha sorprendido mucho qué  y cómo nos decimos las cosas. 

Cómo saludamos

Vamos a empezar por el saludo:
· Hola, ¿cómo estás?

a) "Bueno, aquí vamos, tirando" Cuando decimos tirando, no puedo dejar de pensar en algo pesado, en una carga, algo que ralentiza nuestra marcha, nuestro camino. En ocasiones, si le preguntas a la persona que lo ha dicho, la respuesta es que no lleva ningún peso asociado, que es una manera de hablar, sin embargo, con esa manera de hablar, le estamos dando una información a nuestro cerebro, que toma como verdad y actúa en consecuencia.

b) "No me quejo, podría estar peor" Genial si no te quejas, pero lo contrario de quejarse ¿qué es? Agradecer, por ejemplo, ¿cómo quedaría la frase si lo que dijeses fuera algo así como "Muy bien, valoro todo lo que tengo positivo en mi vida"? O algo similar, lo importante aquí es dónde se está poniendo la atención, en el primer caso, hablamos en negativo para decir que estamos bien, mientras que en la segunda opción, lo formulamos en positivo. Me parece importante aclarar que según estudios realizados, la mente no procesa el "no", por tanto, cuando decimos "No me quejo", lo que escucha la mente es "Me quejo". Atención a este concepto, porque a veces nos quejamos de que nos sucede justo lo que habíamos dicho que no queremos, hasta ahora era complicado de entender, y parecía incluso injusto, sin embargo, partiendo de la premisa de que el cerebro no entiende el significado de "no", ahora parece claro el porqué nos suceden aquellas cosas que habíamos dicho que no queríamos. Por tanto, os invito a formular vuestras peticiones, deseos y anhelos en positivo, ya que de esa manera, hablaréis el mismo lenguaje que vuestro cerebro.

c) "No va mal" A mi entender, cuando una cosa no va mal, es que va bien, y porqué no decimos que va bien,  cuál es el motivo por el que nos cuesta reconocer que estamos genial, que las cosas nos van bien, que estamos contentos, que estamos a gusto en nuestros zapatos. 
Podría seguir poniendo ejemplos acerca de cómo nos comunicamos en una conversación frugal, sin embargo, quiero hablaos de más cosas relacionadas con el lenguaje.

Tengo VS Quiero

Me encuentro de manera habitual con que decimos "Tengo que hacer esto", "No tengo más remedio", "No tengo más opciones". Vamos a ir desgranando cada una de ellas, porque a mi entender, hay mucha información en cada una de las frases.

a) "Tengo que hacer ... " Mi pregunta es tienes o quieres, porque me encuentro en muchas ocasiones que cuando hago esta pregunta, la respuesta es no, no, quiero, quiero hacerlo. Genial, si quieres hacerlo, y dices que tienes que hacerlo, se produce una carga negativa en la información, porque lo que "tenemos" que hacer, lo interpretamos como que no tenemos elección, es algo que hay que hacer, pero que nosotros no hemos elegido libremente hacer, y por tanto lo vivimos como una carga. 

b) "No tengo más remedio " Esta podría ser la siguiente respuesta a la pregunta anterior, no tengo más remedio que hacerlo, porque yo que no soy protagonista en mi vida, tengo que hacerlo aunque no quiera. En ese caso, mi pregunta es ¿Qué es lo peor que puede pasar si no lo haces? Y en función de cuál sea tu respuesta a esa pregunta, verás que lo haces porque has decidido hacerlo, ya que las consecuencias de no hacerlo, no te compensan, o por el contrario, puede que te encuentres con que no vas a hacerlo, porque las consecuencias de no hacerlo, te compensan frente a hacerlo sin querer. 

c) "No tengo más opciones" Hace un tiempo escuché  una frase que para mí resulto esclarecedora, me encantaría poder citar el autor, no la he encontrado, porque no me acuerdo de manera literal, me acuerdo del sentido.
Lo que dice es:
-Si tienes al menos 3 opciones, puedes decidir.
-Si tienes 2, estás en un dilema
-Si tienes 1, estás obligado
-Si no tienes, estás muerto. 
Además de esto, Carol, una de mis profesoras me enseño, que cuando ya no tengas más opciones, busca al menos otra más. 
Considero que se vive de manera muy diferente cuando sentimos que somos protagonistas, y por tanto hacemos cosas, aunque no nos gusten demasiado porque lo hemos decidido que preferimos hacerlo a las posibles consecuencias. 

Si te ha gustado lo que has leído, por favor, compártelo y así otras personas podrán definir de otra manera cómo se encuentran y saber si tienen o quieren hacer las cosas.

Mil gracias por leerme,

Un abrazo,
Tamara 

jueves, 27 de marzo de 2014

El tiempo es tuyo, ¡no lo pierdas!


Como ya sabes, soy madre de dos niños maravillosos, trabajo, me divierto, estudio y un largo etcétera. Hasta hace un tiempo, vivía con prisa, corriendo porque no llegaba a recoger a los niños, agobiada porque no me había dado tiempo de terminar mis tareas del día, y con la sensación al acostarme, de no haber hecho nada de lo que había planificado para el día. Ahora la sensación es diferente. Por voluntad propia, me levanto muy temprano para disponer de dos horas en el día para mí, en esas horas, en las que todos duermen, mi familia, mis vecinos, mis amigos, aprovecho para cuidarme, para disfrutar de mi presencia. Me levanto, y lo primero que hago es meditar (algo que no hacía hasta hace poco), después comienzo con un ejercicio de energía, me tomo un té y estudio. De esta manera, me encuentro genial conmigo porque he comenzado ganándole al día, porque he empezado la jornada cuidando a la persona más importante de mi vida, a mi.
Hasta ahora, sentía egoísta cuidarme, consideraba que las cosas que pudiera hacer o sentir no tenían importancia si no suponían un beneficio para otro, en este momento, siento que sólo podré cuidar bien a los demás si comienzo haciéndolo conmigo. Esas dos horas, no suponen un "gasto" de tiempo, suponen la inversión para iniciar un día maravilloso. Otra de las cosas que hago de manera diferente, es que planifico lo que quiero conseguir ese día, con cierta tolerancia, porque así puedo resolver imprevistos, que generalmente suceden, pero ahora no lo vivo como una carga, sino como que todo es perfecto. Si sueles leer mis publicaciones semanales, sabrás a qué me refiero, suceda lo que suceda, es perfecto, porque aunque esté en una situación incómoda, eso me reportará un beneficio. Por tanto, en cuestión de lo que tengo que hacer en el día, si alguna de las cosas que quería hacer, no la he hecho, será porque he hecho otras que en ese momento me parecían más urgentes o más importantes. Lo fundamental, es que cuando llega la noche, y repaso el día, puedo agradecer haber cumplido con mis propósitos porque los había anotado por la mañana, de otra manera, ni siquiera nos acordamos de todo lo que hemos hecho durante el día, y por tanto, no podemos estar contentos con nosotros mismos, ni agradecer aquello que hemos logrado. Hace unas semanas, me propuse resolver algo que llevaba varios días dándome la lata, fue costoso, empleé una gran cantidad de tiempo ese día para hacerlo, porque la madeja estaba más enmarañada de lo que yo pensaba. Al final del día, agradecí haberlo resuelto y todo lo que había aprendido, en mi actitud anterior, simplemente me hubiese quejado de la gran cantidad de tiempo que me había costado resolverlo. 
Hasta hace un tiempo, no me permitía estar en un estado de inactividad, en ocasiones casi ni me permitía descansar, o me sentía culpable si lo hacía. Ahora, disfruto de esos periodos de inactividad porque entiendo que son necesarios para luego poder tener un periodo de productividad consciente. Además, he recuperado unas horas del día que empleaba en distracciones, tales como la televisión, que no me aportaban nada de lo que ahora deseo, sino que me adormecían, incluso dejaba al azar el momento de mi descanso, era habitual que me quedase dormida en el sofá, rendida por el cansancio, ahora cuando tengo sueño o estoy cansada me voy a la cama, para poder descansar. Me daba vergüenza acostarme antes de las 12, ahora disfruto si puedo acostarme a las 10 porque así podré levantarme muy temprano y disfrutar de esas dos horas del inicio de la jornada, esas que son para mí. 
Por tanto, mi día no tiene más horas que antes, la diferencia está en que yo decido qué hacer con mi día, y no el día decide que hacer conmigo. 

¡Os animo a que reviséis de las cosas que hacéis durante el día, cuáles os hacen sentir genial, os dan fuerza y energía, y cuáles hacéis simplemente por costumbre!

Como cada semana, puedes dejar tus comentarios aquí o escribirme un correo, esta semana estrenamos dirección info@talentolatente.es. Si me lees desde el blog de pasitos de gigante, te invito a que visites mi nueva web www.talentolatente.es

Ya sabes, si te gusta lo que lees, compártelo para que otros puedan leerlo.

Mil gracias,
Un abrazo inmenso,
Tamara

jueves, 20 de marzo de 2014

Eres un fórmula 1, ¡y vas a medio gas!




La maquinaria de la que estás compuesto, es maravillosa. Eres un fórmula 1 totalmente equipado, pero ¿conoces realmente tu equipación, tu cilindradada, el número de marchas que tiene montado tu motor? Vamos a imaginar algo más, quieres que un perito realice una valoración de tu vehículo, así que coges el teléfono y le llamas:
-Hola buenos días, quería que me hiciesen una peritación del vehículo.
-Perfecto, dígame qué marca es.
-Sí, la marca es Ferrari
-¿De qué año es?
- De marzo del 65.
-¿Qué motor lleva?
- No sé
-¿Cuántas marchas?
- No sé
- ¿Cuánto consume?
- No sé, le echo gasolina cuando me parece.
Y así continua el vendedor haciendo preguntas que el propietario no puede contestar, porque no lo sabe, ni siquiera se lo planteó...
-¿Tiene alguna avería o algún fallo?
-Uff, si yo te contara, la verdad es que tiene muchas cositas, un arañazo en el capó delantero, el intermitente de atrás a veces parpadea más despacio, una mancha en la tapicería, la verdad es que está fatal.

En determinadas ocasiones es así como vendemos las cosas (y a nosotros mismos), no conocemos toda la potencialidad, pero lo que sí sabemos, y además enfatizamos son los puntos débiles.

Nosotros somos Fórmula 1, y en muchos casos, de las 7 marchas que tiene el coche, no hemos probado nada más que 3. De la misma manera que no nos planteamos vender un coche sin conocer sus características ¿cómo puede ser que no nos conozcamos a nosotros mismos?

Como en muchos casos, desconocemos cuáles son nuestras potencialidades, talentos, etc. no los utilizamos, están igual de dormidos que la 5ª marcha del fórmula 1.

¿Vas a descubrir cuántas marchas tienes?
¿Vas a seguir a medio gas? 

Como siempre, puedes publicar los comentarios en la página, que actualizo a diario.
Si te ha gustado, te agradecería que lo compartieses en las redes sociales.
Deseo que tengas un día maravilloso.

Un abrazo,
Tamara

Fuente imagen: blog.20minutos.com

jueves, 13 de marzo de 2014

¿Cómo actuar ante los estímulos externos?


Me encuentro en un momento de producción creativa, estoy preparando varias cositas, que en breve os pondré explicar, y hoy lo que quiero contaos es una reflexión inducida por mi amiga la bloguera Marisa Campillo, en su blog, la entrada se llama Qué es la infoxicación y cómo evitarla. Al leerlo, me di cuenta de que estoy sometida continuamente a inputs del exterior con exceso de información
Como explicaba en el post Claves para ser felices, esta vez necesitaba hacer lo mismo que hago antes de cruzar la calle. Parar, observar y actuar. Algunos ya sabéis que este fin de semana he decidido hacer una desintoxicación mediática, apagué el móvil el viernes por la noche y no lo encendí hasta el lunes por la mañana, no encendí el ordenador ni ningún artilugio informante durante todo el fin de semana. 
Me he sentido genial, no he tenido necesidad de conectarme, y cuando en algún momento me acordaba del teléfono, del correo, de facebook, etc. pensaba, ¡no hay nada que no pueda esperar al lunes! Efectivamente, el lunes lo encendí y no había habido ninguna catástrofe, algún que otro whatassp, el correo por gestionar, y poco más. 
Lo que he descubierto, es que para poder crear, a veces necesitas ojear cosas relacionadas con lo que quieres hacer, porque como decía Edward de Bono, se genera pensamiento lateral, te aportan inspiración, etc. Sin embargo, en este momento, que sé muy bien qué es lo que quiero generar, los estímulos externos, llegan a molestarme porque me distraen de ese lugar en el que estoy fluyendo, estoy creando de una manera natural... 
Teniendo esto en cuenta, estoy realizando determinadas modificaciones en mis comportamientos habituales, tales como que pongo el teléfono en silencio y en ocasiones ni lo saco del bolso, para poder dedicar el tiempo que quiero a esa tarea de creación. Por tanto, ahora le dedico momentos muy concretos del día a revisar el correo, mirar las redes sociales, etc. 
Según mi filosofía de vida actual, como yo soy la responsable de la misma, también me responsabilizo de qué impacto generan los estímulos en mi. Ya hace varios meses que no veo la televisión, y verla encendida me produce una ligera sensación de malestar, porque aunque yo antes la veía un rato por la noche, me parece un elemento que ayuda a doblegar voluntades, todo el tiempo que estás enchufado delante de ella, no estás pensando en tu vida ni que quieres hacer con ella, por tanto estás dentro del mundo que otros han preparado para el gran público.
Por tanto, yo voy a decidir cuáles son los estímulos mediáticos que dejo penetrar en mi vida y en qué momentos del día. Me consta que algunos de mis amigos, han visto la iniciativa de apagón al móvil durante 48 horas como algo apetecible. Os animo a todos a que decidáis que información llega a vosotros y cuál no traspasa vuestra piel.

Os deseo un día maravilloso.
Si os ha gustado la publicación, me encantaría que la compartieseis con aquellos a los que pueda interesarle.

Si queréis hacer comentarios, los contesto a diario.

¡Mil gracias por estar ahí! ¡Sois uno de mis motores!

jueves, 6 de marzo de 2014

¿Dónde está el dinero?


Hace unos meses, un gran amigo, compartió conmigo una reflexión que ha cambiado mi  manera de relacionarme con el dinero. Creo que Manolo desconocía el gran impacto que sus palabras iban a causar en mi manera de relacionarme con el dinero. Creo recordar, que su frase textual fue "El dinero está ahí para el que lo quiere, sólo hace falta que sepa ver dónde está". De alguna manera, me explicó que hay infinitas posibilidades de obtener dinero, sólo depende de qué pensemos nosotros con respecto al dinero. En ese mismo momento, empecé a buscar nuevas perspectivas sobre el dinero. Hasta ahora, consideraba que la única manera de vivir de manera holgada, era con un golpe de suerte, del tipo lotería. 
¿En serio voy a dejar que mi bonanza económica dependa de una estadística aleatoria? ¡Ni en broma! Yo soy creadora de mi realidad, y en función de lo que yo proyecto, así consigo lo que deseo. 
El proceso tuvo una serie de pasos, primero comprendí cuál era y había sido hasta el momento mi relación con el dinero, y descubrí que tenía connotaciones negativas sobre el. En este momento, considero el dinero como un fin necesario para conseguir determinadas cosas que me propongo, lo que he conseguido, es posicionarlo como aliado, y no como enemigo. 
Desde que mi sensación con el dinero ha cambiado, todo ha cambiado. Ahora me viene genial un proverbio hindú que dice "Nada ha cambiado, pero como yo he cambiado, todo ha cambiado".  Esta frase es uno de los descubrimientos que más ha cambiado mi vida. Si entendemos que todos necesitamos vivir en equilibrio, que formamos parte de una red, en el momento en el que hacemos cualquier cambio, por mínimo que nos parezca, el resto del sistema se reordena para volver a encontrar ese equilibrio. 

Por tanto, hoy os planteo un ejercicio:
1- ¿Qué es lo que pensáis del dinero?

2- ¿De qué maneras podéis obtener dinero? En este campo, abrir las opciones, no las limitéis a los rendimientos del trabajo, una herencia, la lotería, sed creativos y pensad que todo es posible, si queréis que lo sea.

3- ¿Para qué queréis el dinero?

Algo parecido, más extenso y personalizado, hacemos muchas veces en las sesiones de coaching, y os puedo asegurar que son muchas las personas que tienen una relación poco sana con el dinero y que consiguen posicionarse en el lugar que quieren gracias a una serie de herramientas que trabajamos en la sesión, que hacen que sea relación sea más sana.
Os animo a que tengáis la relación que mejor os parezca desde la conciencia, no vayáis en automático, porque quizá os estáis saboteando a diario. 

Estoy a vuestra disposición para aclarar las dudas que puedan surgir al respecto, podéis hacerlo por correo en tamaralosavan@gmail.com o en los comentarios de esta entrada, que contesto a diario.

Me encantaría que compartieses lo que escribo con aquellos que consideres puede interesarle, se trata de como decia Gandhi empezar por hacer el cambio que queremos en el mundo desde cada uno de nosotros. Por eso, yo comparto lo que me ha ayudado y creo que puede ayudar a otros.

¡Te deseo un día maravilloso!

RECUERDA:
¡El dinero está ahí, esperando a que lo cojas! 
¿Qué vas a hacer a partir de ahora? 
Te reto a que consigas el dinero que desees. 

Gracias por leerme y compartirme.
Un abrazo inmenso, 
Tamara 

jueves, 27 de febrero de 2014

Claves para ser felices.

Esta semana he visto una charla TED que me ha resultado realmente interesante, la charla lleva por título ¿Quieres ser feliz? Sé agradecido, del hermano David Steindl-Rast. 
El mensaje que este monje estudioso de diferentes religiones nos aporta, es muy sencillo de entender. Nos explica que no es posible ser feliz sin ser agradecido, y que al revés de lo que muchos pensamos, no somos agradecidos por ser felices, sino que gracias a que seamos agradecidos, obtendremos la felicidad. Estoy de acuerdo con él, y esto va al hilo de mi frase "Todo es perfecto", porque aunque de entrada nos encontremos con una situación complicada, o difícil de resolver, es perfecta, porque de ahí surgirá el aprendizaje que necesitamos para continuar adelante con nuestras vidas. 
El hermano David Steindl-Rast, lo explica de manera muy gráfica, cuando nos enseñaron a cruzar la calle, nos explicaron el proceso como Para, Mira y Actúa.


Para, vivimos en una sociedad de ritmo frenético, y me encuentro con muchas personas que se sienten culpables si están paradas, si no están siendo productivas. Considero que esto es una pandemia de nuestro tiempo, pero que tenemos que ir poniendo el tratamiento cada uno de nosotros. No todo es estar continuamente produciendo, necesitamos parar, además de para descansar, como es obvio para asimilar.  He oído muchas veces contar una anécdota de cuando yo iba a la guardería, la maestra nos dio a todos un papel con un círculo dibujado, un bote de pegamento de barra y un cuenco con lentejas. Todos los niños se pusieron corriendo a pegar lentejas en el círculo, que era lo que nos habían pedido. Debíamos tener 2-3 años, y era un círculo muy grande para rellenar de lentejas, por tanto, había que darse prisa por rellenarlo. Lo que extrañó a mi profesora es que mientras todos mis compañeros pegaban lentejas, yo estaba observando el cuenco, el papel, el pegamento, observaba todos los elementos, los tocaba, pero no emprendía ninguna acción que aparentemente me acercase a llenar de lentejas el círculo. Al cabo de un buen rato de observación, cogí el bote de pegamento, impregné todo el círculo del papel con aquel pegamento y volqué las lentejas encima. Sacudí el papel para que cayesen las que estaban sin pegar, y le entregué el trabajo a mi profesora. 


Mira, éste mira no sólo se realiza con los ojos, ahí entran todos nuestros sentidos, y nuestro intelecto, ingenio, creatividad, etc. En muchas ocasiones vamos por la vida tan metidos en nosotros mismos, que no somos conscientes de toda la información que nos llega a través del tacto, del gusto, del oído, y suele ser información valiosísima. 

Es desde el plano de la observación, que podemos agradecer las situaciones, de otra manera, esperamos  a que las cosas sucedan solas. Cuando realmente consideramos que todo es perfecto, porque aunque nos escueza, obtendremos un aprendizaje, es cuando realmente podemos ser felices. 

Actúa, una vez que hayas parado, hayas observado (en el sentido más amplio), tendrás la información suficiente para actuar en consecuencia y de la mejor manera para ti.

Cuando actuamos, actuamos, actuamos, no nos permitimos tiempo para parar, observar, oler, probar y poder así actuar desde la consciencia, con toda esa información que ahora obviamos.

¡Tómate todos los días tiempo para parar, observar y actuar!¡Recuerda, sólo desde el agradecimiento podemos ser felices!

¡Recuerda que puedes suscribirte para recibir todas las entradas en tu buzón de correo!
Si te gusta lo que escribo, compártelo para que otros puedan leerlo.
Puedes preguntarme todo aquello que te apetezca en tamaralosavan@gmail.com

Te deseo un día maravilloso,
Un abrazo inmenso,
Tamara


jueves, 20 de febrero de 2014

¿Cómo resolver tus problemas?


Llevo algún tiempo observando una sonrisa en mis interlocutores cuando pronuncio una frase, que he tomado conciencia que empleo con frecuencia. La frase que suscita estas sonrisas es "Es perfecto". Realmente me encuentro antes muchas situaciones, que para otros son complicadas, un problema, un obstáculo, y me sorprendo diciendo que es perfecto, y lo es, porque si aparece un obstáculo es porque necesito aprender algo de esa situación, que me ayudará a continuar evolucionando en mi vida. 
En determinadas ocasiones, me enfrento a algún contratiempo o situación difícil de solucionar, y mi primera pregunta es ¿Para qué está sucediendo esto? ¿Cuál es la enseñanza que puedo sacar de aquí? Hace algún tiempo, ante estas mismas situaciones, mi pregunta era más del tipo ¿por qué me está pasando esto (a mi)? Cuando pregunto para qué, obtengo el fin último, la enseñanza, el crecimiento, y de esa manera puedo afrontarlo desde la superación, sabiendo que como soy parte del problema, soy parte de la solución. El planteamiento de por qué nos lleva a colocarnos en el papel de Víctima , del que hablamos hace algunas semanas. Si soy una víctima, no puedo hacer nada para resolverlo, porque el problema no está en mi, ni conmigo, es externo. La única manera de poder resolver el problema es siendo parte de la solución. 
Como dice Fredy Kofman en su maravilloso vídeo "Vida, Libertad y Conciencia", es habitual este tipo de comportamiento en los niños. Las cosas se caen solas, los juguetes se rompen solos, las chaquetas se pierden solas, etc. es en este caso en el que no somos parte del problema (ha sucedido solo) y por tanto, tampoco somos parte de la solución. Si el vaso de agua se cayó solo, no hay nada que yo hubiese podido hacer para evitar que se cayese. Si el vaso lo he tirado yo (de manera accidental) al darle un golpe con mi codo, puedo estar más atenta la próxima vez, y evitar así que se caiga.



Hoy os invito (aunque suene un poco extraño) a que os convirtáis en parte de vuestros problemas, así es probable que podáis ser parte de la solución. Al hilo de la publicación de la semana pasada, si estoy buscando trabajo desde el planteamiento de que debido a la crisis, el mercado laboral está muy mal, no soy parte del problema, porque los problemas son la crisis y cómo está el mercado laboral. Si estoy buscando trabajo, desde el prisma de que es posible generar ingresos de diferentes maneras, que se producen contrataciones laborales a diario, y de que yo puedo hacer algo más o diferente para conseguirlo, abro el abanico de posibilidades, cambio la perspectiva, y así es más sencillo que tenga un trabajo que produzca unos rendimientos, ya sea mediante autoempleo, con contrato laboral, colaboración o cualquier sistema que se nos ocurra, pero en este caso, el problema ya no está fuera, sino que yo puedo hacer cosas diferentes a las que estoy haciendo para cambiar la situación. 
Este planteamiento está muy relacionado con la Responsabilidad, de la que también hemos hablado en otras ocasiones, si tomo las riendas de mi vida, no necesitaré echar la culpa a nada ni a nadie, porque de mí depende cambiar mi vida. 

¡Seamos parte de nuestros problemas, y así seremos parte de la solución!

Te recuerdo que puedes contactar conmigo a través del correo tamaralosavan@gmail.com o dejando comentarios en la publicación, que contesto a diario. 
Si te gusta lo que escribo, por favor compártelo con tus amigos y familia, de esa manera ellos también podrán disfrutarlo. Recuerda que más abajo tienes los botones que ayudan a compartir desde las redes sociales, y si no quieres perderte ninguna publicación, puedes suscribirte en la parte de arriba, sólo necesitamos que ingreses tu dirección de correo electrónico y sigas un par de pasos.

Te deseo un día maravilloso,
Un abrazo,
Tamara 

jueves, 13 de febrero de 2014

¿Cómo vas a rentabilizar tu vida?

El cambio en el que estamos inmersos, es absolutamente novedoso. Nos encontramos en un momento en el que no sabemos a qué se dedicarán nuestros hijos, es probable que la profesión que ejerzan, ni siquiera exista en este momento. 

Cuando mi abuelo estudió medicina, estaba claro, ejercería como médico, cuando mis tíos y mis padres, unos cuantos años más tarde, estudiaron esa misma carrera, lo probable era que ejerciesen como médicos, lo que ya no estaba tan claro es que obtuviesen una plaza en un hospital y se jubilasen allí. En algunos casos ha sido así, y en otros, ha habido diferentes bifurcaciones en su camino. Mi hermana, que también estudió medicina, tiene bastante difícil mantenerse en una plaza de manera vitalicia. Con esto, lo que quiero comentar es que hace años, estudiar una carrera universitaria, era un pasaporte para tener trabajo toda la vida, un tiempo más tarde, no era suficiente con la carrera, a la que había que ir añadiendo másters e idiomas. De la misma manera, era habitual que la persona que tenía un oficio, dedicase toda su vida a ese oficio, por cuenta ajena o por cuenta propia, pero era maestro en ese oficio que había aprendido desde chaval. 

Lo que planteo aquí es que sea cual sea nuestra manera de obtener una retribución mensual, es necesario que estemos capacitados para la adaptación y la mejora continua. Mi abuelo, no tenía la necesidad de estudiar cada día, porque el ritmo de hallazgos médicos era muy lento. Si un médico que esté en activo en este momento, deja de estudiar, se queda desfasado en muy poco tiempo.


Últimamente me encuentro con muchas personas que no están a gusto con su situación laboral, sin embargo no terminan de encontrar el camino que les saque de ese lugar en el que no quieren estar, pero que les proporciona determinados beneficios positivos. En el caso de una persona que está trabajando en algo que no le gusta, es frecuente que se excuse con cosas como: "no me gusta lo que hago, pero tal y como está el trabajo..." también escucho a personas que están en situación de desempleo excusarse diciendo, "no hay trabajo", "no encuentro nada de lo mío" etcétera, etcétera. 

En cualquiera de los dos casos, mi pregunta es ¿qué estás dispuesto a hacer para obtener dinero con aquello que te apasiona y haces bien?
He descubierto que aquellas personas que dedican su vida a hacer aquello que les apasiona, en lo que son únicos y que se les da bien, son personas aparentemente con suerte. No considero que sea suerte, como algo fortuito, sino que cuando estás en tu lugar, aquel que es perfecto para ti, todo encaja, todo cuadra. 
Me apena pensar que hay gente que se jubila sin saber qué es eso que le distingue del resto, aquello en que es único (porque si lo hubiese sabido, su vida habría sido otra).

¿Quieres jubilarte sin saber en qué eres realmente bueno?


Hoy es el mejor momento para actuar ¡adelante!



Si te gusta lo que escribo, y quieres recibirlo cada semana en tu bandeja de entrada, no olvides suscribirte en la parte superior derecha.

¡Te deseo un día maravilloso, y que estés ocupando tu vida en aquello que te apasiona!

Ya sabes que puedes contactar conmigo a través del correo: tamaralosavan@gmail.com siempre que te apetezca

Un abrazo,
Tamara



jueves, 6 de febrero de 2014

¿Qué es coaching?


Son muchos los que últimamente me preguntáis qué es eso del coaching, y me he dado cuenta de que hay algunos errores en cuanto al concepto. En el paragüas de coaching caben muchas cosas, sin embargo voy a intentar dar una definición y explicar qué es para mí esta manera de vivir. 
Inicialmente paso a dar las definiciones de las principales asociaciones nacionales e internacionales de coaching.

Según ICF (International Coach Federation), "El coaching profesional consiste en una relación profesional continuada que ayuda a obtener resultado extraordinarios en la vida, profesión, empresa o negocios de las personas. Mediante el proceso de coaching el cliente profundiza en su conocimiento, aumenta su rendimiento y mejora su calidad de vida."

Según ASESCO (Asociación Española de Coaching), "El coaching profesional es un proceso de entrenamiento personalizado y confidencial mediante un gran conjunto de herramientas que ayudan a cubrir el vacío existente entre donde una persona está ahora y donde se desea estar. 

Jonh Withmore, uno de los pioneros en esta metodología, define el coaching de la siguiente manera: "Consiste en ayudar a alguien a pensar por sí mismo, a encontrar sus respuestas, a descubrir dentro de sí su potencial, su camino al éxito... sea en los negocios, en las relaciones personales, en el arte, en el deporte, en el trabajo..."

Una vez que hemos aterrizado en el concepto, definiré lo que es para mí, y lo hago porque todas estas definiciones son perfectas, pero como coach, cada uno tenemos nuestro estilo personal. Como primera distinción lo haremos entre coaching personal y ejecutivo, el personal es aquel proceso que se realiza con una persona de manera privada, es decir, alguien quiere alcanzar una determinada meta y te contrata para realizar el proceso. En el ejecutivo, también se trabaja con personas, pero es la empresa la que te contrata para realizar un proceso con su personal, en muchos casos, los procesos de coaching se realizan a los ejecutivos. También existen categorías tales como el coaching deportivo, utilizado por deportistas, coaching de equipos, pueden ser deportivos, empresariales, o cualquier grupo de personas constituido como equipo que buscan trabajar por un objetivo común. Otra de las categorías sería el coaching educativo, que trabaja en el ámbito escolar, etc. 

Para mí el coaching es un estilo de vida, consistente en responsabilizarnos de nuestra vida, de nuestras decisiones y del rumbo que elegimos en cada momento. En el proceso de coaching, que en mi caso, tiene una duración de entre ocho y doce sesiones, con una periodicidad semanal, quincenal y con una duración de alrededor de 90 minutos, mi labor es la de acompañar a mi cliente a que tome conciencia, a que descubra qué cosas está haciendo y cuáles está dejando de hacer, de manera consciente o inconsciente que le acercan o alejan de sus objetivos, también es acompañarle en el proceso de descubrimiento de sus opciones, sus intereses, sus talentos y mediante preguntas descubrir qué es lo que quiere, y de qué manera quiere emprender acciones para conseguirlo. 
En un proceso de coaching, es de vital importancia que el cliente esté comprometido, que se responsabilice de su vida.

Resumiendo, el coach va realizando preguntas que ayudan al cliente a tomar conciencia de cuál es su estado actual, y cuál es su estado deseado, para ello el coachee descubre que potencialidades que ya tiene puede utilizar a su favor, y cuáles podría mejorar para conseguirlo. En este proceso, el cliente va consiguiendo metas intermedias gracias a su plan de acción. Yo como coach, no le digo al cliente lo que tiene que hacer, lo descubre y decide actuar en consecuencia. 

Si quieres, puedes suscribirte y recibirás las entradas del blog en tu bandeja de correo electrónico, sólo tienes que introducir tu dirección de correo electrónico en la parte superior derecha y darle al botón "Suscribir".

¡Estoy encantada de recibir y contestar vuestros comentarios y preguntas!
¡Os deseo un día maravilloso!
¡Un abrazo!
Tamara




jueves, 30 de enero de 2014

Consciente VS Inconsciente




Llevo prácticamente toda mi vida tomando mis decisiones de manera mental, buscando pros y contras, analizando y decidiendo a mi entender, de manera consciente. Mientras he tomado las decisiones y he elegido mis caminos de esa manera, ni siquiera me planteaba que hubiese otra opción, no solía pensar en el inconsciente, y cuando lo hacía solía pensar en algo tenebroso, que en ocasiones nos juega malas pasadas. Sin embargo, gracias a lo que he ido aprendiendo últimamente, se que el inconsciente es mucho más que tinieblas.
No he encontrado un consenso numérico, pero las cifras hablan por si solas, el inconsciente procesa unos once millones bits de información frente al consciente, que no llega a los 50 bits por segundo. Con esas cifras, parece interesante asumir que una parte importante de nosotros no es consciente, sino que viene determinado por ese inconsciente. 

El inconsciente se encarga de procesar la información que recibimos, gracias a toda la información que capta, tenemos una visión de la realidad, porque si tuviésemos que percibir la realidad desde la parte consciente, a la velocidad que hemos visto que recibe la información, tardaríamos una eternidad...

¿De qué manera tomamos nuestras decisiones?
Aun cuando la decisión es consciente, por ejemplo, iré al gimnasio tres días a la semana, el consciente nos lleva a la recepción del gimnasio a pedir información y pagar la matrícula, pero el que ha decidido de antemano para qué es bueno para nosotros ir gimnasio, qué nos aportará, y si realmente vamos a hacerlo o no, es el inconsciente. Me gusta decir que es un poco juguetón, porque le gusta tomar las decisiones y que parezca que estamos siendo nosotros desde la consciencia. 
Parece obvio que aunque hable de estas dos partes de manera separada, no lo están, forman parte de nosotros de manera intrínseca. 
La buena noticia, es que estos programas que llevamos instalados en el inconsciente, se pueden modificar a nuestro antojo para que funcionen a nuestro favor. 

Como es costumbre, estoy a vuestra disposición para aclarar esta u otras cuestiones.

Os deseo un día maravilloso.
Un fuerte abrazo,
Tamara

jueves, 23 de enero de 2014

El Para Qué de nuestros objetivos


En numerosas ocasiones, consideramos que seremos más felices cuando tengamos pareja, cuando tengamos hijos, cuando consigamos un ascenso en nuestro trabajo, cuando estemos de vacaciones, cuando, cuando, cuando...
También nos ocurre que cuando conseguimos aquello que teóricamente nos va a hacer felices, no lo somos, o al menos no del todo. Considero fundamental que nos hagamos la pregunta ¿Para qué? antes de comenzar a trabajar con el objetivo. Por ejemplo, si hemos decidido que seremos felices cuando tengamos un hijo, la pregunta es ¿para qué quiero tener un hijo? la respuesta a esta cuestión es absolutamente personal, y cada uno querrá tener un hijo para obtener unos beneficios. Una posible respuesta podría ser: para obtener el fruto del amor entre mi pareja y yo, para sentirme útil en el papel de cuidadora, educadora, para dejar un legado, para sentirme realizada como mujer, para sentir el embarazo, el parto, la lactancia, etc. 
En cada respuesta, yo seguiría preguntando ¿para qué? De manera que sería algo así:
(P) ¿Para qué quieres obtener el fruto del amor entre tu pareja y tu? 
(R) Para engendrar una maravillosa persona desde el amor. 
(P)¿Para qué quieres engendrar una maravillosa persona desde el amor? 
(R) Para que mi hijo se sienta absolutamente deseado y querido.
(P) ¿Para qué quieres que tu hijo se sienta absolutamente deseado y querido?
(R) Para que se se sienta maravilloso, único y perfecto.
(P) ¿Para qué quieres que tu hijo se sienta maravilloso, único y perfecto?
(R) Para que sea feliz.
Preguntaría en el resto de opciones, porque gracias a estas preguntas, descubrimos la verdadera intención de nuestras acciones, del razonamiento que damos en primera instancia, en muchas ocasiones, aparecen necesidades diferentes, que pretendemos cubrir.
Es importante, no sólo conocer cuáles son las motivaciones que nos llevan a querer alcanzar determinados objetivos, sino también plantear si podemos cubrir esas necesidades desde otras acciones u objetivos, de manera que si por el motivo que sea, no podemos alcanzar ese objetivo, podamos conseguir cubrir esa necesidad desde otro lugar. Por ejemplo, alguien que quiere ascender en su puesto de trabajo, y las motivaciones que le llevan a eso, son las de reconocimiento, mejora salarial, etc. a lo mejor llega a la conclusión de que el ascenso no depende sólo de él, pero que quiere escribir un libro, que le aportará ese reconocimiento social que quiere y además le aportará unos ingresos. 
La buena noticia, es que podemos cubrir nuestras necesidades desde diferentes objetivos, no por no conseguir un objetivo, significa que tengamos que renunciar a obtener el beneficio que deseamos. 

Os invito a preguntaros el para qué de vuestros deseos...

Como siempre, estoy a vuestra disposición por si necesitáis aclarar algún concepto.

Os deseo el día más maravilloso posible.
Un abrazo,
Tamara 

jueves, 16 de enero de 2014

Las Creencias


Vivimos en base a un sistema operativo que está instalado en nuestra mente, y aunque no seamos del todo conscientes de con qué programa operamos, todos lo hacemos en base a esos condicionantes instalados. La buena noticia, es que esa programación, podemos modificarla, para ello lo primero que necesitamos es tomar conciencia de cuáles son los parámetros del programa que tenemos instalado.
Según diversos autores, la mayoría de las creencias que tenemos instaladas, se archivan en nuestro disco duro antes de los siete años, y van asociadas a una determinada emoción; cuanto más intensa haya sido la emoción en el momento de la instauración de la creencia, más arraigada está, y para poder cambiarla es necesario sustituirla por otra que también tenga una fuerte carga emocional. 
En ocasiones, nos quejamos porque nuestro nivel económico ronda con demasiada frecuencia "llegar a fin de mes", y a veces decimos, me gustaría tener más dinero, ir más desahogado... sin embargo, es muy probable que en nuestro programa haya creencias del tipo: "el dinero corrompe", "el dinero no da la felicidad", "el dinero es sucio" o cualquier otra variante en este sentido en relación con el dinero. Aunque nosotros de manera consciente pensemos que queremos más dinero, para "darle la razón a las creencias que tenemos instaladas", haremos todo lo posible por boicotear el hecho de tener más dinero. En contrapartida, podemos tener creencias relacionadas con el dinero tales como "el dinero viene a mi con facilidad", "merezco tener una economía saneada", "agradezco al dinero que me permite seguir formándome", etc.
En determinadas ocasiones, cuando tomamos conciencia de una creencia que está operando en nosotros, nos damos cuenta de que esa creencia no es nuestra, aunque la tengamos instalada, en muchas ocasiones se trata de una creencia familiar, que nuestros padres también heredaron, y que se va pasando generación tras generación como si fuese la única opción posible, teniendo en cuenta además, que pocos se plantean cuáles son sus creencias, o lo que están transmitiendo a sus hijos.
Después de hacer el análisis de creencias que tenía instaladas, me he encontrado con que algunas de ellas, fueron vitales hace muchos años, para la supervivencia de mis abuelos, bisabuelos, etc. sin embargo, hemos continuado con ellas hasta hoy, simplemente porque no habíamos parado un momento a pensar sobre ello. Otras de las creencias, siguen estando en uso, y quiero mantenerlas.
Para poder decidir si queremos continuar con una creencia o no, la primera pregunta es ¿me limita o me potencia? Parece claro que si me limita, puedo modificarla por una que me potencie, y aquellas que me potencian, las mantendré para que sigan trabajando en mi beneficio.

Estoy a vuestra disposición para todos aquellos que queráis hacer trabajo con vuestras creencias.

Deseo que tengáis el mejor día posible.
Un abrazo,
Tamara Losada

tamaralosavan@gmail.com

jueves, 9 de enero de 2014

Victimismo VS Elección Responsable



A mi entender, existen dos grandes maneras de asumir nuestra vida, desde el victimismo o desde la responsabilidad. En ocasiones todos nos hemos encontrado en uno de los dos sistemas de vida. Cuando operamos desde el victimismo, la posición es que el exterior es el único responsable de solucionar nuestros problemas, o de proporcionarnos aquello que anhelamos. En este momento de crisis económica, pero yo diría crisis de ánimo, son muchos los que esperan a que la situación mejore para encontrar trabajo, para comprarse una casa, para hacer cualquier cambio en su vida, que parece desean hacer, pero el exterior les da indicadores de que no es el mejor momento. En ocasiones, desde esta manera de pensar, tendemos a culpabilizar al entorno de aquello que nos sucede o no, lo que tenemos o deseamos, lo que nos pasa, etc. Frases como "el día que mi pareja me envíe flores al trabajo, seré feliz", la frase es un poco exagerada, pero deja ver un comportamiento que algunas veces utilizamos. Desde la responsabilidad y el poder de elección, pregunto ¿le has dicho alguna vez a tu pareja lo feliz que te haría que te enviase flores al trabajo? ¿Sabe tu pareja que te gusta que te regalen flores? ¿Qué es lo que sentirías al recibir ese regalo? ¿Es algo que sólo puedes sentir si te envían flores, o tienes alguna manera más de sentirte así? 
Desde el lado de la elección responsable, las decisiones ya no se toman ni desde el exterior ni en base a éste, pasamos a un momento de egocentrismo bien entendido. Yo decido qué es lo que me gusta, a qué quiero dedicar mi vida, con quién quiero estar, dónde quiero vivir, y me pongo en marcha para conseguirlo, si lo que me gusta es ver todos los días un jarrón de flores en la mesa del despacho mientras trabajo, tengo varias opciones, una de ellas es ir y comprarme el ramo que más me guste y disfrutar de el, tanto tiempo como duren las flores, claro que también puedo decírselo a mi pareja, a mi padre, a mi hermana, a quien yo quiera, pero tendré que especificarle también qué flores son las que más me gustan, no sea que decida regalarme claveles, y yo esté esperando girasoles, porque otra vez puedo caer en el victimismo de por qué yo, con lo fácil que era regalarme girasoles y van y me regalan claveles. Por tanto, desde la elección responsable, tomamos una decisión y no nos paramos a esperar a que el "mundo" nos lo brinde, sino que nos ponemos en marcha, engrasamos toda nuestra maquinaria, buscamos todos aquellos recursos que nos puedan hacer falta y vamos derechos hacia nuestro objetivo.
Cuando comienzas a vivir desde el plano de la elección y ves a otras personas continuar sentadas en su victimismo, tienes la necesidad de que todo el mundo tome las riendas de tu vida, de la misma manera que has hecho tú, porque a tí te ha funcionado y piensas que de esa manera el resto estará mejor, será más feliz, sin embargo, no tenemos derecho a querer "salvar" a nadie. Podemos poner toda la información que tenemos a disposición de los demás, explicar cómo estamos haciendo las cosas, pero no estamos en un escalón superior que nos permita decidir sobre la vida de otros, de la misma manera que nadie puede decidir sobre la nuestra. Si una persona opera desde el victimismo, conoce que hay otras maneras de funcionar, y aun así decide seguir en ese estado, no somos nadie para decidir lo contrario, demostramos mucho más respeto hacia esa persona si le permitimos que continúe allí donde quiere, quizá no es su momento, casi seguro que obtiene unos beneficios asociados a esa manera de funcionar, tales como que determinadas personas estén más pendientes de ella, la protegan, cuiden, etc., y no somos nosotros quienes para decidir si el precio que está pagando es elevado, ese cálculo sólo lo puede realizar cada uno.
Así pues, os invito a que probéis a tomar las elecciones de vuestra vida de manera responsable, si es eso lo que deseáis en este momento, sino continuad como hasta ahora.

Si quieres que aclare algo de lo que lo escribo, o te apetece tener más información al respecto, no dudes en escribirme a través de los comentarios o a mi dirección de correo electrónico tamaralosavan@gmail.com

Un abrazo inmenso,
Deseo para ti el mejor presente y futuro que puedas desear.

jueves, 2 de enero de 2014

Viviendo el presente



Llevo una temporada interesándome en cómo vivir de una mejor manera, siendo más auténtica, leyendo mucho sobre el tema, viendo charlas TED, vídeos en la red, etc. y son muchas las tendencias que me llevan a sentir que la mejor manera de vivir es, en el presente. En ocasiones no disfrutamos del presente porque  estamos pensando en algo que ocurrió en el pasado, algo que nos molestó, nos bloquea, nos hace daño. En otras ocasiones posponemos nuestro bienestar a conseguir algo en el futuro, frases como "estaré bien cuando termine la carrera, cuando me case, cuando tenga hijos, cuando cambie de trabajo" y un largo etcétera de frases que posponen nuestro bienestar a hechos concretos. Al vivir de esta manera, sólo estamos disfrutando del resultado, sin embargo ¿qué pasaría si también disfrutamos del camino? De cada día, de cada logro...
¿Qué pasaría si sólo giramos la cabeza al pasado para ir en busca de herramientas? De esa manera no nos anclamos en el pasado, sino que tomamos aquello que nos interese para el presente, y que nos funcionó en el pasado. Por ejemplo, si en este momento, lo que necesitamos es arrojo y valentía, ¿qué tal si pensamos en una vez en que tuvimos arrojo y valentía en el pasado? ¿Qué hicimos? ¿Cómo lo hicimos? ¿Nos puede funcionar esa actitud para este momento? ¡Genial! No nos hemos ido al pasado para instalarnos allí, sino que hemos ido a recuperar aquello que nos funcionó antes.
En otras ocasiones, nos instalamos en la añoranza del pasado, diciendo cosas como "nunca volveré a estar tan feliz como cuando..." Y yo digo ¿nunca, nunca? ¿Qué fue lo que hiciste en ese momento que tan bien te hacía sentir? ¿Podrías sentirlo en otra situación? Podemos pensar en la añoranza de aquellos que ya no están, es claro que no pueden volver, pero ¿qué queremos hacer nosotros con esa situación? Puedo quedarme instalada en la tristeza de haber perdido a ese persona tan especial, o puedo pasar el duelo, que es necesario y cura, y después de ese momento, asumir la pérdida y honrarle con mis recuerdos, pero no desde el plano de la necesidad, sino desde el cariño.
Cuando vivimos el presente como el mejor momento posible, proyectando hacia el futuro que deseamos, es más probable que consigamos una sensación de plenitud.
Hay varias técnicas que facilitan vivir el aquí y el ahora tales como la meditación, el mindfulness y varias teorías relacionadas con la física cuántica.
Algunos de los ejercicios que podemos realizar para vivir el presente:
Respirar profundo durante unos minutos cada día, tomando el aire por la nariz y soltándolo lentamente por la boca.
Realizar nuestro aseo diario conscientemente, es decir, en la ducha, sentir como el agua caliente nos moja la cabeza, los hombros, la espalda, los brazos y sentir ese calor, sin pensar en otra cosa, notar el jabón, etc. Al secarnos, sentir como la toalla toca cada parte de nuestro cuerpo, echarnos crema sintiendo como hidratamos nuestra piel, etc.
Este ejercicio es un poco más dificultoso, sin embargo, lo pongo completo y se puede ir haciendo poco a poco, comenzar por 3-2-1-2-3 hasta llegar a completarlo. Para ello, nos colocamos en una posición cómoda y comenzamos a respirar profundo, en cada respiración decimos un número y la expiración el siguiente.
La secuencia es:
5-4-3-2-1-2-3-4-5-6
5-4-3-2-1-2-3-4-5-6-7
6-5-4-3-2-1-2-3-4-5-6-7-8
7-6-5-4-3-2-1-2-3-4-5-6-7-8-9
8-7-6-5-4-3-2-1-2-3-4-5-6-7-8-9-10
9-8-7-6-5

En definitiva, si disfrutamos del proceso, estaremos mucho más satisfechos y plenos que si sólo pensamos en llegar a la meta para "ser felices"
Deseo un 2014 en el que disfrutar de cada instante, por fugaz que sea.