jueves, 26 de diciembre de 2013

Despedida del 2013 y Bienvenida al 2014



 

Es habitual en estas fechas hacer valoración del año que dejamos e iniciar propósitos para el año nuevo.  Comparto con vosotros mi resumen de año, y si os sirve, os invito a que hagáis lo mismo.

El 2013, el año en que nací por segunda vez, esta vez a la consciencia y conciencia.

Agradezco inmensamente al 2013 lo que tenía preparado para mí. Un ratito antes de tomarme las uvas y hacer mi ritual anual de introducir una sortija de oro en la copa de cava, dije en voz alta que el año que empezaba, sería un año fundamental para mí, me traería cosas importantes, y así ha sido. 
Agradezco tener una familia como la que tengo, es perfecta para mi, porque es la mía.
Agradezco especialmente mis dos hijos, que son perfectos, con sus luces y sus sombras, y son  mis pequeños grandes superhéroes. Agradezco que ellos sacan mi mejor versión, que me ayudan a conectarme con mi niña interior, esa que tiene una gran capacidad imaginativa, perseverancia, constancia, pocos prejuicios, no cree en los imposibles, piensa que somos creadores de nuestra realidad, es feliz y disfruta de las pequeñas cosas.
Agradezco mi estado de salud, aún habiendo pasado unos meses de intenso dolor de cabeza, porque gracias a ese dolor de cabeza constante entendí que debía parar, que debía escuchar a mi cuerpo, que el dolor no era sino el último testigo de muchos que se habían ido encendiendo para dar la voz de alarma, y que no había escuchado, no había interpretado, pero que traían un mensaje fundamental para mí.
Agradezco mi inquietud, porque gracias a ella, unida a mi proactividad, he encontrado mis maravillosos zapatos, esos que son únicos, perfectos para mí.
Agradezco el apoyo que me han brindado aquellos que me quieren, que en ocasiones han creído más en mí que yo misma.
Agradezco la gran oportunidad que he tenido de crecer como persona, de mejorar mi producto final, de conectarme con mi ser más esencial, de ser más auténtica, más yo.
Agradezco tener esas personas a mi lado que tanto me dan, de las que tanto aprendo.
Agradezco haber encontrado mi propósito vital, mi camino con corazón, el para qué de mi vida.
Agradezco estar ayudando a otras personas en la búsqueda de su camino, agradezco estar pudiendo ser el espejo para su crecimiento.
Agradezco lo que me aporta mi situación económica, que está siendo un impulsor para hacer aquello que deseo.
Agradezco los baches del camino, porque gracias a ellos he aprendido cosas, que de otra manera no hubiese sido posible.
Agradezco mi espíritu positivo, optimismo, porque gracias a el, puedo ver otras realidades.
Agradezco las enseñanzas de profesores y mentores.
Agradezco la salud de mi familia, aun con los baches de este año, porque de ellos hemos salido fortalecidos y con grandes enseñanzas.

Os invito a que agradezcáis al 2013 todo aquello que os ha traído o que os ha mantenido de años anteriores, así como a hacerle las peticiones al 2014 de todo aquello que queráis que os traiga, vuestro compromiso en hacer algo diferente a lo que hacéis hasta ahora, si lo que queréis es obtener resultados diferentes.

Para el 2014, creo que caben dos posibilidades, los que ya hemos descubierto nuestro propósito vital, debemos pedir poder llevar ese propósito a término, vivir en base a el, ser consecuentes y coherentes con ese cometido que tenemos reservado sólo para nosotros. A los que aún no lo habéis descubierto, os sugiero que le pidáis al año nuevo que os permita descubrir ese camino con corazón que os está esperando, que es único, hecho a vuestra medida y que hará que vuestra vida tome sentido de manera global. En el momento en el que se nos revela ese propósito, todo adquiere un sentido mágico, toma forma, todo cobra sentido, los momentos más duros también nos traen una enseñanza que sirve ahora para poder ayudar y acompañar a otros.

Deseo que os permitáis disfrutar de ese maravilloso año que ahora comienza y en el que somos los protagonistas 365, que no admitáis papeles secundarios en la película de vuestra vida.

Mil gracias por estar conmigo.
Un inmenso abrazo.
Tamara





jueves, 19 de diciembre de 2013

La Responsabilidad



¿Qué es la Responsabilidad?

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, Responsabilidad es:
1. f. Cualidad de responsable
2. f. Deuda, obligación de reparar y satisfacer, por sí o por otra persona, a consecuencia de un delito, de una culpa o de otra causa legar.
3. f. Cargo u obligación moral que resulta para que alguien del posible yerro en cosa o asunto determinado.
4. Der. Capacidad existente en todo sujeto activo de reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente.


La responsabilidad es todo esto que dice el diccionario, pero es mucho más. Podemos identificar responsabilidad como la habilidad para responder. Continuamente recibimos estímulos del exterior, ahora depende de nosotros qué es lo que hacemos con esos estímulos. El día que yo aprendí esto, mi vida cambió de manera radical. ¡Ahora mi vida depende de mí! Ya no tengo que esperar a que otros hagan aquello que yo suponía debían hacer.
Cuando señalamos y culpabilizamos a otros sobre todo aquello que deberían hacer para hacernos más felices, estamos dejando de ver qué es eso que nosotros podríamos hacer para lograrlo. Hay un ejercicio que es bastante revelador, cuando señalamos a otro por aquello que nos molesta, lo hacemos con el dedo índice (el de señalar), en ese gesto, hay un dedo que señala a otro, pero si nos fijamos bien, hay tres que nos señalan a nosotros, el corazón, el anular y el meñique. Para mí, el significado de esos tres es ¿qué estoy dejando de hacer, qué podría hacer de otra manera? Si dejo mi felicidad en manos de otros y pienso, seré feliz cuando mi jefe me trate mejor, me valore más, cuando se acabe la crisis, cuando encuentre trabajo, cuando mi pareja me haga feliz, cuando mis hijos recojan y un largo etcétera de situaciones en las que podemos pensar que nuestra vida, depende de los demás. En esas situaciones, es seguro de que hay una parte que depende de mí, qué es lo que estoy dejando de hacer, o qué podría hacer de otro modo. Somos muchos los que hemos vivido durante años dejando nuestra felicidad en manos del resto, y en mi caso, desde que el mando de mi vida lo tengo yo ¡todo ha cambiado!
He escuchado decir que somos dioses, entendido como que somos nosotros quienes creamos nuestra realidad.
Conozco bastantes casos en los que la persona vive instalada en el victimismo, con frases como, no podré encontrar trabajo, la cosa está muy mal, esto es lo que me ha tocado, no depende de mí, yo no tengo suerte... En todos los casos, depende de nuestra actitud, si estoy en paro, y no encuentro trabajo, es seguro que puedo hacer algo más para encontrarlo, quizá tenga que ampliar mis fronteras, valorar las condiciones económicas, emprender... pero sólo depende de cada uno de nosotros si nos levantamos pensando que no podemos hacer nada o que el mundo está a nuestro servicio, para ayudarnos a conseguir aquello que tanto queremos. Con esto quiero decir que una gran responsabilidad, supone un gran poder.

¡Toma las riendas de tu vida! ¡Sólo depende de ti!





jueves, 12 de diciembre de 2013

1, 2, 3, ¡Comenzamos!

Hace algún tiempo que andaba buscando mi camino, sabía que donde estaba no quería estar, pero no sabía dónde quería ir.
Una de mis características es la proactividad, es por eso que busqué mi camino en empleos de toda índole y condición, pero ninguno me satisfacía, en algunos estaba razonablemente bien, pero ninguno de ellos me hacía vibrar.
Hace algún tiempo descubrí el coaching, fue un congreso de fin de semana, el sábado estaba radiante, eufórica, notaba como todo mi ser se erizaba, pasé el día en un estado constante de emoción. Sentí que  ahora sí que estaba en mi lugar, donde quería estar. El coaching era aquello que tanto tiempo llevaba buscando. No sabía a qué me dedicaría ni de qué manera el coaching podía integrarse en mi vida. Sin embargo, lo mejor estaba por llegar, el domingo descubrí mi PARA QUÉ, el propósito de mi vida, y curiosamente todo empezó a encajar... Algunos temas que hasta ahora me habían limitado tenían un propósito vital, y eran necesarios para poder desempeñar mi cometido. La sensación es algo así como que era necesario vivir todo lo que había vivido hasta este momento, algunas cosas tremendamente dolorosas, para poder cumplir ese cometido. Como si llevase treinta y tres años preparándome para mi gran debut, ahora estaba segura.
He preparado un cuento que explica cómo me sentí y me siento hoy:
Llegué a este mundo un caluroso día de Agosto de hace más de treinta años. Durante algunos meses, mis pies estuvieron descalzos, en ocasiones, con calcetines o patucos, unos meses más tarde, quizá 12 meses después, comencé a dar mis primeros pasitos, para eso mis padres gastaron más de lo que tenían para que los zapatos cumpliesen todas las normas pediátricas de la época, que fuesen ergonómicos, ni muy duros ni muy blandos, que transpirasen y un largo etcétera de condiciones. Efectivamente, comencé a andar, tiempo más tarde a saltar, a correr, y durante todo este tiempo, llevaba zapatos, los mejores en cada momento, los que más se adaptaban a mis necesidades... Con unos cinco años, tuve que comenzar a llevar botas ortopédicas, tenía los pies planos, y esa era la mejor solución para corregirlo. No eran nada estéticas, y menos si eras como la ratita presumida (que era el caso). Sin embargo, era un tema de salud, y no había nada que objetar, las botas ortopédicas eran lo mejor para mí. Años más tarde, como con ocho años, el podólogo decidió que ya no era necesario que siguiese utilizando aquellas botas, que ya me podía calzar normalmente. Todavía recuerdo aquella tarde en la zapatería ¡había tantos zapatos! ¡eran tan bonitos!... Mi madre cuenta que me probé todos los zapatos, sandalias y demás calzado de la tienda, me gustaban todos, no sabía cuál elegir... Ya no eran botas de color negro o azul marino, ahora había zapatos, sandalias, de mil colores, con flores, sin flores, con calados, lisos... ¡menudo lío! Así han ido pasando los años, y he ido calzándome, cada una de las compras de zapatos ha tenido una motivación diferente, en ocasiones lo importante es que fuesen cómodos, otras que fuesen bonitos, ir a la moda, que tuviesen tacón, cuña... Sin embargo, el día que descubrí mi para qué, sentí que tenía los zapatos más bonitos del mundo, aquellos que no me rozaban en ningún sitio, que no me quedaban un poco grandes, ni un poco pequeños, aquellos que alguien había diseñado ¡Sólo para mí! Con estos zapatos puedo bailar, saltar, correr...
Creo que hay gente que se pasa la vida comprando zapatos, pero no encuentra los suyos, en ocasiones porque no los busca, porque no sabe que existen... hoy quiero invitaos a todos a que si aún no tenéis vuestros zapatos especiales, los busquéis porque es la sensación más maravillosa del mundo.

El objetivo de este blog es ir dando información que a mi me ha servido para que todos podáis encontrar esos zapatos.

Os deseo el día más maravilloso que podáis imaginar.

Un fortísimo abrazo,
Tamara