Llevo prácticamente toda mi vida tomando mis decisiones de manera mental, buscando pros y contras, analizando y decidiendo a mi entender, de manera consciente. Mientras he tomado las decisiones y he elegido mis caminos de esa manera, ni siquiera me planteaba que hubiese otra opción, no solía pensar en el inconsciente, y cuando lo hacía solía pensar en algo tenebroso, que en ocasiones nos juega malas pasadas. Sin embargo, gracias a lo que he ido aprendiendo últimamente, se que el inconsciente es mucho más que tinieblas.
No he encontrado un consenso numérico, pero las cifras hablan por si solas, el inconsciente procesa unos once millones bits de información frente al consciente, que no llega a los 50 bits por segundo. Con esas cifras, parece interesante asumir que una parte importante de nosotros no es consciente, sino que viene determinado por ese inconsciente.
El inconsciente se encarga de procesar la información que recibimos, gracias a toda la información que capta, tenemos una visión de la realidad, porque si tuviésemos que percibir la realidad desde la parte consciente, a la velocidad que hemos visto que recibe la información, tardaríamos una eternidad...
¿De qué manera tomamos nuestras decisiones?
Aun cuando la decisión es consciente, por ejemplo, iré al gimnasio tres días a la semana, el consciente nos lleva a la recepción del gimnasio a pedir información y pagar la matrícula, pero el que ha decidido de antemano para qué es bueno para nosotros ir gimnasio, qué nos aportará, y si realmente vamos a hacerlo o no, es el inconsciente. Me gusta decir que es un poco juguetón, porque le gusta tomar las decisiones y que parezca que estamos siendo nosotros desde la consciencia.
Parece obvio que aunque hable de estas dos partes de manera separada, no lo están, forman parte de nosotros de manera intrínseca.
La buena noticia, es que estos programas que llevamos instalados en el inconsciente, se pueden modificar a nuestro antojo para que funcionen a nuestro favor.
Como es costumbre, estoy a vuestra disposición para aclarar esta u otras cuestiones.
Os deseo un día maravilloso.
Un fuerte abrazo,
Tamara