jueves, 23 de enero de 2014

El Para Qué de nuestros objetivos


En numerosas ocasiones, consideramos que seremos más felices cuando tengamos pareja, cuando tengamos hijos, cuando consigamos un ascenso en nuestro trabajo, cuando estemos de vacaciones, cuando, cuando, cuando...
También nos ocurre que cuando conseguimos aquello que teóricamente nos va a hacer felices, no lo somos, o al menos no del todo. Considero fundamental que nos hagamos la pregunta ¿Para qué? antes de comenzar a trabajar con el objetivo. Por ejemplo, si hemos decidido que seremos felices cuando tengamos un hijo, la pregunta es ¿para qué quiero tener un hijo? la respuesta a esta cuestión es absolutamente personal, y cada uno querrá tener un hijo para obtener unos beneficios. Una posible respuesta podría ser: para obtener el fruto del amor entre mi pareja y yo, para sentirme útil en el papel de cuidadora, educadora, para dejar un legado, para sentirme realizada como mujer, para sentir el embarazo, el parto, la lactancia, etc. 
En cada respuesta, yo seguiría preguntando ¿para qué? De manera que sería algo así:
(P) ¿Para qué quieres obtener el fruto del amor entre tu pareja y tu? 
(R) Para engendrar una maravillosa persona desde el amor. 
(P)¿Para qué quieres engendrar una maravillosa persona desde el amor? 
(R) Para que mi hijo se sienta absolutamente deseado y querido.
(P) ¿Para qué quieres que tu hijo se sienta absolutamente deseado y querido?
(R) Para que se se sienta maravilloso, único y perfecto.
(P) ¿Para qué quieres que tu hijo se sienta maravilloso, único y perfecto?
(R) Para que sea feliz.
Preguntaría en el resto de opciones, porque gracias a estas preguntas, descubrimos la verdadera intención de nuestras acciones, del razonamiento que damos en primera instancia, en muchas ocasiones, aparecen necesidades diferentes, que pretendemos cubrir.
Es importante, no sólo conocer cuáles son las motivaciones que nos llevan a querer alcanzar determinados objetivos, sino también plantear si podemos cubrir esas necesidades desde otras acciones u objetivos, de manera que si por el motivo que sea, no podemos alcanzar ese objetivo, podamos conseguir cubrir esa necesidad desde otro lugar. Por ejemplo, alguien que quiere ascender en su puesto de trabajo, y las motivaciones que le llevan a eso, son las de reconocimiento, mejora salarial, etc. a lo mejor llega a la conclusión de que el ascenso no depende sólo de él, pero que quiere escribir un libro, que le aportará ese reconocimiento social que quiere y además le aportará unos ingresos. 
La buena noticia, es que podemos cubrir nuestras necesidades desde diferentes objetivos, no por no conseguir un objetivo, significa que tengamos que renunciar a obtener el beneficio que deseamos. 

Os invito a preguntaros el para qué de vuestros deseos...

Como siempre, estoy a vuestra disposición por si necesitáis aclarar algún concepto.

Os deseo el día más maravilloso posible.
Un abrazo,
Tamara 

2 comentarios:

  1. Genial Tam!!! Yo ya he encontrado el para qué de mi vida...y voy como una moto!!!!

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    1. Me alegro inmensamente Luly! Soy de la opinión de que cuando encontramos nuestro para qué, toda nuestra va rodada, seguimos trabajando y esforzándonos, pero con una meta clara, en la que todo cuadra. Un besote gigante!!!

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